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URUGUAY PROFUNDO


   
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PARQUE DE ANCHORENA


Ubicado en la costa platense del Departamento de Colonia  -en el paraje conocido como Barra de San Juan- se encuentra un lugar único en el Uruguay por su belleza paisajística, su valor histórico-cultural, la riqueza de su flora y su exótica fauna: el Parque Anchorena. El área ocupa una superficie de 1.369 hectáreas que fueran legadas al Estado Uruguayo por Don Aarón de Anchorena –de nacionalidad argentina- con el cometido de que allí se estableciera un parque con fines educativos, recreativos y de interés  general, “para bienestar y solaz de la población”. El Parque Anchorena fue habilitado para el uso público en  1989, a través de una actividad e interpretación ambiental  pionera en el país. Desde entonces, recibe anualmente miles  de visitantes, cumpliendo así la voluntad de su generoso  testador. Además -por disposición testamentaria- la casa principal,  construida en 1911, cumple funciones como Residencia de  descanso presidencial. Como en tiempos de su antiguo  morador, esta casa sigue siendo sede de importantes  encuentros internacionales.
Anchorena eligió este rincón privilegiado para crear un  verdadero paraíso natural rural, resultado de la sabia y  armoniosa interacción del hombre y el medio ambiente. Para dar vida a su ambicioso proyecto, Don Aarón buscó  asesoramiento de arquitectos, ingenieros agrónomos,  paisajistas, decoradores y toda clase de expertos del más  alto nivel. Entre ellos, encomendó al famoso paisajista alemán  Hermann Bötrich, el diseño de un parque de marcado estilo  inglés, que ocupa una superficie de más de 250 hectáreas.  Allí se conjugan especies de hoja caduca con otras de  follaje perenne. Esto asegura una imagen siempre atractiva,  que acompasa con su colorido, el ritmo de las distintas  estaciones. Las primeras plantaciones datan de 1908.
Entre más de 200 especies arbóreas y arbustivas  –provenientes de todos los rincones del planeta- se destacan  por el notable desarrollo de sus ejemplares, varias especies  de robles, alcornoques, araucarias, cipreses calvos, arces  japoneses y más de 60 especies de eucaliptos, que conforman  una de las colecciones más importantes del país. Anchorena supo respetar e integrar a su proyecto,  elementos de nuestra flora autóctona. Así, bordeando el Río San Juan, mantuvo un importante monte  ribereño que ocupa más de 300 hectáreas, donde se destacan  ceibos, canelones, lapachillos, mataojos, coronillas y  arrayanes.
Con respecto a la fauna, en el Parque coexisten especies  autóctonas y exóticas. De las primeras, se destacan las  aves, representadas por más de 75 especies. Entre las  especies exóticas, es especialmente atractivo el ciervo Axis,  originario de la India, que Anchorena introdujera en nuestro  país, en la década de 1920. El Axis, considerado el más  hermoso de los cérvidos del mundo, abunda en el Parque. Dentro de este magnífico marco natural se destaca una  serie de edificaciones de principios del Siglo XX, que  fueran construidas con bloques de piedra extraída del lugar,  tales como la Capilla, la actual Residencia Presidencial, la  antigua Capatacía y el Palomar.
Entre ellas, la de mayor valor arquitectónico es –sin  duda- la monumental Torre de 75 metros de altura, inaugurada  en 1927, en homenaje al navegante Sebastián Gaboto.
Una escalera de caracol de 320 escalones conduce a dos  miradores, desde donde se aprecia un panorama de gran  belleza. En su base, Anchorena mandó construir un sepulcro  donde yacen sus restos tal como lo dispuso en su testamento desde el 24 de febrero de 1965, fecha  de su fallecimiento.
Fuente: http://www.parqueanchorena.gub.uy/

 

 

Calera de las Huérfanas: pasado y presente

Las Misiones Jesuíticas

Las Misiones Jesuíticas se caracterizaron por predicar el evangelio a lo largo del los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay, formando 48 reducciones conocidas con el nombre de “Misiones”, “Doctrinas” o “Pueblos”, integradas algunas por más de 10.000 habitantes.
Las Misiones no tenían diferencias en su organización, tanto en lo urbano, social y administrativo, lograron un gran desarrollo económico, exportando a Europa yerba mate, azúcar, artesanías en madera, cuero, ganadería, explotaban la cal, ya que en las cercanías habían yacimientos de piedra caliza. Pero lo que los caracterizaba es que no manejaban dinero, sino que realizaban trueques por la mercadería que necesitaban.
Cada reducción era dirigida por dos padres jesuitas y los demás integrantes de la colectividad eran indígenas. El hombre podía casarse a los 15 años y la mujer a los 12 años, recibiendo la pareja lo necesario para emprender una familia, y una vez que tenían hijos se los educaba y mantenía por la colectividad. Fue un sistema económico, social y político que tuvo un gran emprendimiento de los jesuitas y teniendo grandes logros que terminó inquietando a España y Portugal.
Historia de la Calera de las Huérfanas
En 1767, el rey Carlos III de Borbón expulsó a los jesuitas de sus colonias en América, dejando la Estancia del Río de las Vacas a cargo de la Junta de Temporalidades de Buenos Aires. En el año 1774 la estancia es adquirida por un matrimonio español y posteriormente es entregada a un grupo religioso y se convierte en residencia de niñas huérfanas, de este momento de su historia es que obtiene el nombre “Calera de las Huérfanas”.
Años más tarde, el prócer uruguayo José Gervasio Artigas repartió estas tierras entre 40 beneficiarios, pero luego de su muerte perdieron sus derechos. Las tierras se fraccionaron nuevamente y se pusieron en venta. Con el pasar del tiempo, entre batallas y conflictos civiles, las tierras quedaron en un total abandono, las edificaciones sufrieron derrumbes, se quitaron materiales para reutilizar en otras construcciones hasta que quedaron los cimientos de lo que fue antiguamente una gran estancia y una capilla sin techo.
Fuente : Todo Uruguay – www.todouruguay.com

 

URUGUAY PROPUNDO
Calera de las Huérfanas : pasado y presente (Ultima parte)

Reconstrucción de la Calera de las Huérfanas

En 1976, las ruinas de la Calera de las Huérfanas fueron declaras Monumento Histórico y en 1977 se comenzaron las obras de restauración. Posteriormente, se emprendió una investigación arqueológica en todo el predio, apoyada por el proyecto de Puesta al Valor Cultural.
En la actualidad, con el emprendimiento de un grupo de habitantes de Carmelo, integrantes de la Comunidad de Vida Cristiana, la ONG Movimiento Pro Calera de las Huérfanas, la Intendencia de Colonia y la Junta local de Carmelo, entre otros colaboradores, se trata de mantener vivo el espíritu de lo que fue la obra de Las Misiones.
Se reparó la cruz de la capilla, se mantiene un parque nativo plantado por Gasoducto Cruz del Sur y se proyecta la iluminación de las ruinas. El Ministerio de Turismo y Deporte incorporó el Centro de Interpretación del que hablábamos, que es a la vez una sala de exhibición y un sitio para eventuales disertaciones encabezadas por historiadores.
El objetivo principal de este grupo de personas es fomentar el turismo en la zona, transmitir el valor histórico de La Calera de las Huérfanas y despertar el interés sobre el legado que nos han dejado las Misiones Jesuitas. El Centro de Interpretación de La Calera de las Huérfanas permanece abierto al público de miércoles a domingo en el horario de 14 a 18 horas.
Fuente : Todo Uruguay – www.todouruguay.com

 

 

 

 

 

 

 

 





   
 


PÁGINAS AMIGAS