AQUELLOS JUEGOS SOCIALES….
Por. Julio César Romero Magliocca
Que lindo haber nacido en aquella época donde la inventiva nos proporcionaba crear nuestros juegos. Muchas veces a todos aquellos que eran traspasados de generación en generación , inventábamos otros mientras esperábamos los turnos. Todos los juegos nos hacían quemar energías , sea el de la bolita entre agachada y caminar no contabilizábamos los metros que recorríamos , si nuestros pantalones muchas veces se gastaban en la rodilla , por eso mismo nos ganábamos algún rezongo. El jugar a la pelota, jugar a la mancha y a las escondidas , todo era juegos en nuestra niñez.
Hoy sin embargo toda la tecnología ganó muchos espacios , por ello vemos a los niños jugar en sus propias casas sin salir de su dormitorio, luchando con la adrenalina que otro inventó para recrear los niños de estos tiempos. Un botón inicia esa vida de juegos virtuales , para ello como cómplices muchas veces son niños de otros países , de la vida común poco se comenta , todo es relacionado con ese juego en el que participan, un botón trae a ese amigo y un botón lo aleja hasta el próximo día.
Quienes nacimos en la década del 60, tendríamos carencias materiales pero no así emociones tremendas, aquellas de compartir con juegos , muchas veces hasta inventado por nosotros mismos.
Solíamos pasar largos momentos jugando con cinco piedras a la payana, probando una y cien veces nuestra habilidades tirando una y otra vez las piedras para dejarla en el dorso de nuestra palma.
La pelota esa reina de plástico, goma y en pocas veces cuero , saltaba en la calle en un partido de veinte contra veinte , chicos y grandes entreverados , buscando llegar al gol…por un momento si un atrevido automovilista solía pasar por esa calle , debía esperar que la pelota estuviera bien lejos para luego seguir su paso. Niñas y niños compartían sus juegos , la mancha , las escondidas y muchos juegos más, los que nos regalaban la libertad de una niñez sencilla y sana. El desayuno era el mismo juego de todas formas nuestra madre nos llamaba para hacer un alto y poder alimentarnos. Por lo general nuestro tiempo de descanso era la tediosa siesta, que era el momento que nuestros padres nos domesticaban un rato para controlarnos un poco más, allí más que sueño la revista de historietas era la diversión , allí nos sumergíamos en historias de héroes , la imaginación colocaba su ingrediente para tenernos tranquilos.
Hoy los niños en sus soledades comparten amistades con otros niños en juegos en línea, poco hablan, poco se comunican con el compañero de juegos , un botón lo trae por un rato y otro botón lo aleja.
EL TROMPO
Cuando llegaba el otoño se jugaba con el trompo. En el suelo, con un palito sobre la tierra marcábamos un círculo al que llamamos “troya”, porqué se llamaba así aún lo ignoro. El juego consistía en hacer que al arrojar el trompo dentro de la troya, este girará y al terminar de hacerlo escapará del círculo. Esto ocurría cuando la parte más ancha del trompo o sea “la panza” golpea en la tierra. En caso de que el trompo no escapara del círculo , los otros chicos, o el propio dueño, con otro trompo lo golpeaba, y si lograba sacarlo de la prisión en que estaba, se proclamaba dueño de dicho trompo. Demás está decir que quienes participaban sabían el riesgo que corrían. (Héctor J. Pereira Huertas, Delta del Tigre.
Se jugaba a la troya poniendo varios dentro de ella y luego se trataba de sacarlos con los trompos “cascarillas” , a los que se había golpeado la punta para que bailaran desparejo. También se jugaba al puazo : uno tiraba y lo hacía bailar y el otro o los otros trataban de pegarle con la púa. (Ricardo Leonel Figueredo , Pan de Azúcar.
Los trompos, generalmente de madera, podían ser lisos o de colores con una forma semejante a un cono unos ; otros más alargados, cual un higo, en la parte superior tenían una pequeña saliente o cabeza y en el otro extremo lucían una púa de metal. La habilidad consistía en envolverlo con una “chaura” y arrojarlo para hacerlo bailar. Cuanto más durara esa danza mejor . Si se “dormía” o sea que quedaba como parado mientras bailaba, mejor aún. Cuando se jugaba en tierra, se hacía en ella un redondel al que llamaban “troya”. Dentro de ese redondel se ponía un trompo al que había que sacar lanzando otro mediante el uso de la “chaura”. (Luis Maggia Blanca – Montevideo)
JUEGOS RECREATIVOS
GASTANDO LA DE CUERO
Esa canchita del Yegros (Colón) nos recibía a toda hora en las vacaciones…
Como una concentración íbamos llegando luego de serpentear los caminos del monte, esquivando
las garras de las zarzamoras…En algunas enramadas como escondidos en juegos clandestinos varios gauchos se jugaban la plata de las carneadas de la Tablada a la “taba”, ese juego en el que se utilizaba una parte de las patas traseras de cordero. El dueño de la pelota llegaba para matar nuestra ansiedad y allí sí, formar los cuadros pisando dos compañeros que se encargarían de elegir para su equipo a los más habilidosos, triste era cuando quedaba el último para elegir , seguro ese marchaba para el arco.
Comenzábamos cuando el sol caía a plomo y terminábamos cuando los rayos del sol se enterraban en el horizonte, para luego caer rendidos, transpirados y tal vez con algún que otro golpe recibido.
Eran tardes increíbles, en donde inventábamos jugadas, soñando con ser estrellas del fútbol para poder jugar en ese gran teatro que era el Centenario. Nuestras madres en cuanto llegábamos a casa nos decía “así como estás no toques nada, al baño que ya te alcanzo la ropa, cuando salgas te tomas la leche…”
Seguramente que algún “chichón” lo escondíamos, nada de delatar dolores, eso quizás alimentaría el reproche de nuestras madres. Que felices que éramos en esa época, quizás nos faltaba la tecnología que hay hoy para jugar, pero los juegos inventados por nosotros mismos tenían otro sabor, el de compartir en sociedad con otros niños…Hoy da pena como los niños por distintas razones, habitan un mundo más individualista en juegos no compartidos, con amigos virtuales que un solo botón los trae o los aleja.
Nadie me va a quitar aquella cajita de afectos y memoria que supe guardar en esa etapa, vivida con la mayor intensidad en juegos sanos, compartidos. (Humilde homenaje a todos aquellos amigos con los que pude compartir esos juegos en mi querido Colón)
Ilustración: Gustavo López Web: http://www.caricaturasuruguay.com.uy/
Texto: Julio C. Romero
LA PAYANA
Por. Julio C. Romero
La payana o payanca o payaya1 es un juego infantil que se practica con cinco piedras pequeñas u objetos similares, que consiste en ir tomándolas del suelo al tiempo que se arroja una de ellas al aire y se vuelve a tomar sin que caiga al piso. En este juego se debe equilibrar cierta cantidad de piedras en la palma extendida de la mano. La idea es lanzar las piedrecillas verticalmente con la palma al cielo extendida en posición horizontal y, mientras dura su trayectoria, invertir la orientación de la palma para recibirlas. El juego va aumentando su dificultad como lo es desde tirar las 5 piedras al suelo, seleccionar una, tirarla hacia arriba y cuando va en el aire tomar una piedra del suelo y recibir la que viene cayendo del aire, para luego en otra etapa tirar una piedra al aire y recoger dos o tres del suelo. Tiene muchas etapas o pruebas que cada vez se van complicando, es muy entretenido para chicos y grandes.
Originalmente llamado "kapichua", lo practicaban niños tobas y wichís con carozos o semillas a fin de desarrollar destrezas manuales y aprender a contar. Para avanzar en grados de complejidad, utilizaban progresivamente semillas más pequeñas. Existen versiones en toda la zona árabe de África, y las zonas de Al-Andalus de España. En Argentina fue un juego muy popular entre los niños de edad escolar hasta finales de la década de 1990. Posteriormente su práctica pasó a constituir una rareza.
Tan solo cinco piedras alcanzaban para tenernos atentos por un buen rato.
Momentos creativos de aquellos años en donde compartíamos niños y niñas, mostrando las habilidades de nuestras manos. Cuanto de reflejos, usando el movimiento y la rapidez en una práctica que te permitía una revancha a la vuelta de turno. Hoy los niños cuentan con juegos sofisticados gastando sus tiempos en momentos individuales, jugando la carrera con esa adrenalina automática, en donde siempre hay más barreras para vencer, compartiendo la risa por el logro en soledad de unas paredes de habitación.
Ilustración: Gustavo López (Gust) – Web : Http:// www.buhoeventos.com.uy/
Texto: Julio César Romero
LA RAYUELA
Se puede jugar de manera individual, pero para mayor diversión se recomienda que sean dos o más los integrantes del juego. Se toma una tiza blanca y en las lozas del suelo se dibujan cuadrados y se numeran del uno al diez .Después cada niño debe tomar una piedra pequeña e ir tirando a cada número intentando que la piedra entre dentro de ese cuadrado porque de no hacerlo pierde su turno y le toca al siguiente. Gana el primero en llegar al diez.
JUEGO DEL TROMPO
Es uno de los juegos más populares del siglo XX, también uno de los más antiguos.
Una de las formas colectivas de jugar era formando un círculo en el suelo, en cuyo centro se colocaba un trompo dando vueltas para que los demás jugadores chocaran su trompo con éste. El que fallaba, dejaba su trompo ocupando la posición del anterior.
El juego del trompo tiene muchas variantes o modalidades
1. Sacar a otros trompos.
2. Sacar objetos.
3. Cogerlo con la mano.
4. Rompe trompos.
AQUELLOS JUEGOS SOCIALES…
Quienes nacimos en la década del 60, tendríamos carencias materiales pero no así emociones tremendas, aquellas de compartir con juegos , muchas veces hasta inventado por nosotros mismos. Que podemos decir de la bolita, solo bastaban dos y una tapita para ser la base de salida. Los trompos, panzones o flacos bailarines los que salían despedidos mediante la chaura y giraban sin parar. El Chante y piedra, solo con un trozo de baldosa lo hacíamos volar por todos lados, el juego estaba en arrimarlo uno con otro a distancia. Cuando llegaba la primavera el armado de las cometas con papel de colores pegados con engrudo y como esqueleto aquellas cañas secas, atadas con piolines, con el agregado de la cola (interminables retazos de telas que conformaban el contrapeso justo para volar). La mancha corridas y frenadas hasta llegar al contacto. Las escondidas tras los árboles, serían innumerables los juegos con los cuales nos divertíamos. Hoy son un tanto individuales, alcanza solo tener un celular y allí encontrarse con un mundo interminable de emociones inconformistas, estas no alcanzan para llegar aquella felicidad que teníamos nosotros. Aquella de compartir con el amigo, aquella en la cual la risa era la protagonista de la jornada. Sin dudas que uno no puede luchar con los adelantos tecnológicos, porque ellos nos han otorgado confort , y rapidez para resolver las cosas, pero nos despojó del roce , del tocarnos , del mirarnos, del hablarnos, un tanto recibimos todo y de todo el mundo, pero nos sentimos vacío porque eso es virtual, el precio de la inmediatez termina por ser efímero, sin sustancia.
LOS JUEGOS DE ANTAÑO- Otras tantas …travesuras
Atábamos el hilo de coser a las manitos de bronce de los llamadores de las casas antiguas. Soltábamos el hilo hasta un escondite, generalmente un árbol o detrás de un auto y desde allí tironeábamos el hilo hasta que el llamador golpeaba. Salían los dueños de casa y no veían a nadie, retirando la maniobra hasta que nos descubrían y salíamos disparando.
Otro de nuestros entretenimientos era llegar hasta la vía del tranvía. Juntábamos tapitas de cerveza y gaseosa, le sacábamos el corchito, poníamos potasio y azufre (comprados en la farmacia) , volvíamos a poner la lámina de corcho y la colocábamos en hilera sobre la vía. Al pasar el tranvía explotaban como disparo de ametralladoras. (Sergio C. Pastrana – Cerro Largo)
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La fiesta de los domingos era la “matinée” , salíamos casi en bandada para allá, mientras por el camino la fantasía de cada uno, explicaba qué sucedería en el próximo “episodio” que siempre semana a semana terminaba con el suspenso de qué le pasaría al “muchacho” o la “muchacha” , los héroes inmortales de la serie. No faltaban las galletitas en paquete de celofán que después estrujábamos nerviosos mientras mirábamos las películas de acción o terror, lo que a los mayores tanto molestaba y en la oscuridad se hacían sentir los “shhhhhh” intentando que no hiciéramos ruido. Esto pasaba cada domingo por la tarde
( Juan R. Armesto- Montevideo)
EL CARACOL
Se dibujaba un caracol en el piso, cuanto más grande mejor y se separaba con rayas, que eran casas, si llegabas al centro sin pisar las rayas y sin bajar el pie, te ganabas una casa y así podías descansar, de lo contrario saltabas hasta llegar al centro y podías descansar, saltando siempre con un pie solo.
(María M. Pires – Salto)
Todos teníamos una cuerda para el “salto alto” , la “viborita”, “el látigo” , etc. El salto era casi “preolímpico” : 10 cms. 20, así íbamos subiendo la cuerda hasta alcanzar un metro, ¡qué emoción!
(Seudónimo “Pacha Mama”
SALTANDO LA CUERDA
Se hacía más difícil cuando jugábamos al nombre de María ¿saben cómo era? Mientras una saltaba, las compañeras que torneaban la cuerda, hacían un movimiento con ella sobre la cabeza de quien participaba , que debía agacharse sin perder el ritmo, mientras se cantaba: “Al nombre de María, que cinco letras tiene , la eme, la a, la ere, la i , la a” Un lindo desafío que nos cansaba y para el que se necesitaba habilidad y agilidad.
(Thais N. Graña Artigas – Montevideo)
BUSCANDO LA SELLADA – Las figuritas
Era el furor coleccionar figuritas para los álbumes, que se distribuía junto al chocolatín. Siempre teníamos figuritas repetidas, con esas desde una altura equis, una por una iba dejando caer la suya, si una de las participantes al dejar caer su figurita, caía encima o tocando el borde de otra que ya había sido tirada, a esta le pertenecían todas las que estaban en el piso. Con el entusiasmo de ganar algunas que no teníamos, nos pasábamos el rato del recreo con este juego y así nos hacíamos de amistad con otras niñas. ( Olga Del Pino – Tacuarembó)
Una conocida elaboradora de productos lácteos utilizaba para sus envases de leche, tapas de cartón , donde constaba marca o fabricante y día de la semana. Los niños de la época las juntábamos coleccionándolas. También se crearon distintos juegos con ellas. Una modalidad era la arrimadita que consistía en arrojarlas en la vereda lo más cerca que se pudiera de la pared. Otra forma de juego era la “tapada” , tratando de arrojarla y que alguna cayera encima de otra. El “espejo” se jugaba apoyando una de ellas contra la pared e intentando hacerla caer mediante otra que se iba arrojando. (Luis Maggia Branca – Montevideo)
Hoy vivimos tiempos de apuros y juegos diseñados por ingenieros atrapados en sus soledades creativas, sus juegos son reflejo de sus propias vidas, esta dista tanto de aquellos años de nuestra infancia donde compartíamos todos los juegos, donde la creatividad nos permitía compartirlo, intentarlo una y otra vez con el único deseo de jugar en sociedad…
EL TROMPO
Cuando llegaba el otoño se jugaba con el trompo. En el suelo, con un palito sobre la tierra marcábamos un círculo al que llamamos “troya”, porqué se llamaba así aún lo ignoro. El juego consistía en hacer que al arrojar el trompo dentro de la troya, este girará y al terminar de hacerlo escapará del círculo. Esto ocurría cuando la parte más ancha del trompo o sea “la panza” golpea en la tierra. En caso de que el trompo no escapara del círculo , los otros chicos, o el propio dueño, con otro trompo lo golpeaba, y si lograba sacarlo de la prisión en que estaba, se proclamaba dueño de dicho trompo. Demás está decir que quienes participaban sabían el riesgo que corrían. (Héctor J. Pereira Huertas, Delta del Tigre.
Se jugaba a la troya poniendo varios dentro de ella y luego se trataba de sacarlos con los trompos “cascarillas” , a los que se había golpeado la punta para que bailaran desparejo. También se jugaba al puazo : uno tiraba y lo hacía bailar y el otro o los otros trataban de pegarle con la púa. (Ricardo Leonel Figueredo , Pan de Azúcar.
Los trompos, generalmente de madera, podían ser lisos o de colores con una forma semejante a un cono unos ; otros más alargados, cual un higo, en la parte superior tenían una pequeña saliente o cabeza y en el otro extremo lucían una púa de metal. La habilidad consistía en envolverlo con una “chaura” y arrojarlo para hacerlo bailar. Cuanto más durara esa danza mejor . Si se “dormía” o sea que quedaba como parado mientras bailaba, mejor aún. Cuando se jugaba en tierra, se hacía en ella un redondel al que llamaban “troya”. Dentro de ese redondel se ponía un trompo al que había que sacar lanzando otro mediante el uso de la “chaura”. (Luis Maggia Blanca – Montevideo)
SEGUIR, SIEMPRE SEGUIR…
Por. Julio César Romero Magliocca
"Nunca me doy el lujo de la tristeza, por el contrario el tesón me empuja a seguir ...cuando el camino tiene una dirección , hay que seguir . Siempre más allá del horizonte se encuentra esa luz que nos despierta en las mañanas. La que nos lleva de la mano para presentarnos un nuevo día, a ella me entrego. A redoblar las fuerzas para pagar la deuda, de sentir que todos los días despertamos respirando, es de nuestra parte la contribución en agradecimiento para no quedarnos en el camino, por más triste que estemos...seguir siempre seguir."
HUMANIDAD REAL O VIRTUAL...
por. Julio César Romero Magliocca
"Hoy la humanidad recorre el camino de vivir más una vida virtual que real. Quienes nacieron en el aceleramiento de las transformaciones tecnológicas se encuentran en su salsa. La cosa es cuando decides vivir de lleno en la vida virtual y los problemas te desbordan en la real, las herramientas para resolverlo y no emparcharlo se ajustan al realista, ese mismo que se emociona con un abrazo, quien siente en una caricia, quien derrama lagrimas ante el dolor o la alegría. Esto no quiere decir que el otro sea de plástico, sino que resuelve sus cosas con la inmediatez del mundo en el que vive, su resolución va a estar dada desde ese punto... Es hora de encontrar la familia centro de todas las cosas, propiciando el dialogo, el seguimiento en que andan nuestros hijos, no como forma de crear prisiones, sino de favorecer la comunicación. Todo adelanto en lo tecnológico trae retrocesos de otro tipo cuando este sustituye el razonamiento, la reflexión, en manos de la prontitud y el aceleramiento desenfrenado para conseguir la felicidad efímera, vacía , de plástico.”
PLANETA EN PELIGRO
Por. Julio César Romero Magliocca
"El Planeta atraviesa momentos de vulnerabilidad como hasta ahora no se ha visto.
Si bien hemos logrado avances impresionantes en materia de tecnología, con ello ganamos en comodidad y quizás bienestar pero acorralamos el equilibrio que debe existir.
Las cifras aumentan en materia de ventas de autos, en materia de confort hemos logrado colocar más de un aire acondicionado en nuestras casas. En solo esos ejemplos contribuimos de alguna manera al calentamiento global sin dudas. Hay quienes quitan trascendencia a los huracanes, tormentas, inundaciones atribuyendo que ahora al existir mayor comunicación entre los continentes todo se sabe al instante, puede ser que algo de eso pueda ser así , pero sin dudas que la naturaleza logra devolver lo que recibe y cada vez es mayor la agresión hacia ella.”
“El hombre a dejado la planificación mesurada, sopesándolo todo a cambio de la repentización. Todo lo hace rápido porque el ritmo del mundo lo exige de esa forma. Contestamos y actuamos tan rápido que no tenemos el tiempo para valorar cuanto podemos vulnerar el espacio y las decisiones del otro, atropellando sus espacios sin dar tiempo para que el otro razone. Muy humildemente pienso que el día que hemos dejado de usar el lápiz y la goma, comenzamos a transitar la soberbia de creernos que todo nos sale bien en el primer intento, sin darnos cuenta que la vanidad se apoderó de nuestro razonamiento humilde, el que lograba corregirnos para irnos formando personas de bien”.
Pasado – PRESENTE – Futuro
Por. Julio César Romero Magliocca
"Hemos construido nuestro mundo en las alegrías que van a llegar , por otro lado anhelamos lo que ya pasó...sin vivir el aquí y ahora , ese presente que vive al abrir los ojos todos los días. Emparchar la vida en el camino de baches , sin zurcir bien las heridas que mal cicatrizan. El tiempo de la moña y aquellas túnicas que hablaban de inocencias ya pasaron. Cómo guerreros emprendimos batallas para moldearnos, descubriendo la vida que es competencia con el otro, dejando de lado que la lucha es con nosotros mismos , para corregirnos sin lastimar a nadie, para caminar y dejar huellas.”
“Si el recuerdo rescata la memoria de tus mojones buenos, comprenderás que valió la pena."
AQUELLAS REUNIONES...
Por. Julio César Romero
"Que lindos tiempos aquellos en que las mesas largas provocaban juntarnos en FAMILIA. Nosotros los niños, jugábamos a más no poder correteando todo , los mayores entre tragos y picadas se ponían al día.
HOY el encuentro es a través de facebook como receptor de imágenes frías, comentarios a medio terminar , interpretaciones erróneas.
Ese gran invento en las comunicaciones, sin dudas ha sustituido al abrazo verdadero, a la comprensión meditada en un ida y vueltas de charlas , el beso , la caricia , porque podrá llenar de brillos la ventana de la compu , pero nunca
va a interpretar el mundo que brilla en una mirada"
"Creemos conocer los problemas y la vida de los demás, en una frase, en una imagen, sin darnos un tiempo para meditar los dolores del otro, porque nos enseñaron a vivir rápido, de esa forma nos equivocamos tanto, por no tener el tiempo necesario para elaborar un juicio de valor...
Nos hemos acostumbrado a usar y tirar, porque la sociedad de consumo así lo exige , antes una media se cosía , ese ejercicio de zurcir provocaba trasladarlo a los ejemplos propios de la vida, hoy las relaciones van y vienen con un botón, así traemos "amigos" nuevos , que al tiempo si no nos gusta su pensamiento lo "borramos" , el tiempo de escucha se ha perdido, el tiempo del consejo quedo en un perchero, todo es muy a lo egoísta, mi cuenta , mi correo , mi cel , mis problemas, mis varios etc más"
"A pesar de los grises y que la naturaleza nos regala el ciclo hermoso de ver la lluvia y salir el sol , siempre existirá una razón para vivir , no para acomodar solo lo que está mal , sino para cargar las baterías que nos provocan seguir en el camino, hasta el final"
LA BOLITA
Por. Julio César Romero Magliocca
"Los niños no comparten juegos en sociedad, porque ellos hablan de soledades, viviendo vidas virtuales".
Mi querido Colón, te visito por un instante vistiendo mis piernas de pantalones cortos, de rodilla contra la tierra colocando una tapita como hoyo. Y ahí junto a mí, los amigos de mi infancia esperando el turno para pelar bolitas. Cuantos recuerdos de juegos compartidos, un día ganabas al otro perdías, ese simple ejercicio nos hacía ver que no siempre éramos perfectos.
Mordíamos los labios en la derrota, estirábamos la piel tras una sonrisa en el triunfo, pero todo era en un sano disfrute... Cuando la última bolita se abrasaba a la tela del bolsillo para no salir, nos avisaba de alguna manera que nuestro juego se terminaba por ese día.
Cuantas veces en un rincón de nuestra cartera viajaban para la escuela con nosotros, prisioneras por un tiempo veían la luz en el recreo, allí cobraban vida corriendo para un lado y para el otro. Muchas veces se entreveraban tanto que pasaban por un rato a manos de otros dueños, ese virtuoso jugador que la puntería lo acompañaba.
Hoy la nostalgia de visita por nuestra cabeza, nos hace ver que felices que éramos con esos juegos sencillos pero imaginados por sabios que encontraron frenar la felicidad y hacerla suya por un rato. Momentos de encuentros compartidos de verdad, de carne y hueso, lejos de los juegos virtuales y amistades virtuales de estos tiempos. Lejos estamos de aquellos tiempos vividos, pero nadie se animará a robarnos el tesoro de haberlos vivido.
“Nunca olvides tus orígenes, ellos de alguna forma te colocaran silenciosamente en la humildad de tu propia historia, para darse la mano con el presente, como mapeo de tu trayecto hacia el futuro.”
LA PAYANA
Por. Julio C. Romero
La payana o payanca o payaya1 es un juego infantil que se practica con cinco piedras pequeñas u objetos similares, que consiste en ir tomándolas del suelo al tiempo que se arroja una de ellas al aire y se vuelve a tomar sin que caiga al piso. En este juego se debe equilibrar cierta cantidad de piedras en la palma extendida de la mano. La idea es lanzar las piedrecillas verticalmente con la palma al cielo extendida en posición horizontal y, mientras dura su trayectoria, invertir la orientación de la palma para recibirlas. El juego va aumentando su dificultad como lo es desde tirar las 5 piedras al suelo, seleccionar una, tirarla hacia arriba y cuando va en el aire tomar una piedra del suelo y recibir la que viene cayendo del aire, para luego en otra etapa tirar una piedra al aire y recoger dos o tres del suelo. Tiene muchas etapas o pruebas que cada vez se van complicando, es muy entretenido para chicos y grandes.
Originalmente llamado "kapichua", lo practicaban niños tobas y wichís con carozos o semillas a fin de desarrollar destrezas manuales y aprender a contar. Para avanzar en grados de complejidad, utilizaban progresivamente semillas más pequeñas. Existen versiones en toda la zona árabe de África, y las zonas de Al-Andalus de España. En Argentina fue un juego muy popular entre los niños de edad escolar hasta finales de la década de 1990. Posteriormente su práctica pasó a constituir una rareza.
Tan solo cinco piedras alcanzaban para tenernos atentos por un buen rato.
Momentos creativos de aquellos años en donde compartíamos niños y niñas, mostrando las habilidades de nuestras manos. Cuanto de reflejos, usando el movimiento y la rapidez en una práctica que te permitía una revancha a la vuelta de turno. Hoy los niños cuentan con juegos sofisticados gastando sus tiempos en momentos individuales, jugando la carrera con esa adrenalina automática, en donde siempre hay más barreras para vencer, compartiendo la risa por el logro en soledad de unas paredes de habitación.
Ilustración: Gustavo López (Gust) – Web : Http:// www.buhoeventos.com.uy/
Texto: Julio César Romero
(Con RAICES de ABRIL-2015, continuaremos rescatando algún otro juego que supimos compartir en tiempos de mayor libertad en un Uruguay que debemos recuperar día a día)
LA RAYUELA
Por. Julio C. Romero
La rayuela es uno de los juegos más conocidos en todo el mundo. Su origen no se conoce con exactitud, pero se lo relaciona con los juegos lineales conocidos en tiempos de las civilizaciones egea, griega y romana. Según una de las versiones que se conocen, la rayuela fue inventada por un monje español, que quería simbolizar en este juego el comienzo de la vida, la vida misma, con sus dificultades y alternativas, y la muerte, en la antesala de la cual aparecen el infierno y el purgatorio, etapas previas del cielo, la meta final. Esto hace pensar que la rayuela pudo haber tenido un sentido astrológico concreto.
Hurgando en los recuerdos de mi niñez, los mismos me transportan a aquellos días en que compartíamos tiempos hermosos, en donde los juegos todo lo ganaba. Momentos atesorados en un rincón preferencial del corazón, nos devuelve el momento en que “La Rayuela” , nos permitía compartir varones y niñas un juego que nos hacía mover por un buen rato. La habilidad nos permitía, hacerlo rápido y sin pisar la línea de los casilleros que previamente al juego, habíamos marcado en la calle con algún resto de ladrillo o tizas (escondidas en algún bolsillo de nuestras túnicas) . Momentos de concentración en el juego, practicando una y otra vez hasta que saliera entre armonía y rapidez, cuidando los detalles que marcaban hacerlo bien. Si hasta algún padre nostálgico se sumaba para acompañarnos, dando rienda suelta a su niñez escondida por un rato. Ese aroma de hojas de eucaliptus, quemadas por alguna vecina frente al monte, daban un marco inconfundible en el momento de arrancar este recuerdo, aromas, risas, juegos …todo era uno, para hacernos sentir los niños más felices del mundo.
Ilustración: Gustavo López Web: http://www.caricaturasuruguay.com.uy/
Texto: Julio C. Romero
(Con RAICES de ABRIL-2015, continuaremos rescatando algún otro juego que supimos compartir en tiempos de mayor libertad en un Uruguay que debemos recuperar día a día)
GASTANDO LA DE CUERO
Esa canchita del Yegros (Colón) nos recibía a toda hora en las vacaciones…
Como una concentración íbamos llegando luego de serpentear los caminos del monte, esquivando
las garras de las zarzamoras…En algunas enramadas como escondidos en juegos clandestinos varios gauchos se jugaban la plata de las carneadas de la Tablada a la “taba”, ese juego en el que se utilizaba una parte de las patas traseras de cordero. El dueño de la pelota llegaba para matar nuestra ansiedad y allí sí, formar los cuadros pisando dos compañeros que se encargarían de elegir para su equipo a los más habilidosos, triste era cuando quedaba el último para elegir , seguro ese marchaba para el arco.
Comenzábamos cuando el sol caía a plomo y terminábamos cuando los rayos del sol se enterraban en el horizonte, para luego caer rendidos, transpirados y tal vez con algún que otro golpe recibido.
Eran tardes increíbles, en donde inventábamos jugadas, soñando con ser estrellas del fútbol para poder jugar en ese gran teatro que era el Centenario. Nuestras madres en cuanto llegábamos a casa nos decía “así como estás no toques nada, al baño que ya te alcanzo la ropa, cuando salgas te tomas la leche…”
Seguramente que algún “chichón” lo escondíamos, nada de delatar dolores, eso quizás alimentaría el reproche de nuestras madres. Que felices que éramos en esa época, quizás nos faltaba la tecnología que hay hoy para jugar, pero los juegos inventados por nosotros mismos tenían otro sabor, el de compartir en sociedad con otros niños…Hoy da pena como los niños por distintas razones, habitan un mundo más individualista en juegos no compartidos, con amigos virtuales que un solo botón los trae o los aleja.
Nadie me va a quitar aquella cajita de afectos y memoria que supe guardar en esa etapa, vivida con la mayor intensidad en juegos sanos, compartidos. (Humilde homenaje a todos aquellos amigos con los que pude compartir esos juegos en mi querido Colón)
Ilustración: Gustavo López Web: http://www.caricaturasuruguay.com.uy/
Texto: Julio C. Romero
(Con RAICES de Marzo-2015, continuaremos rescatando algún otro juego que supimos compartir en tiempos de mayor libertad en un Uruguay que debemos recuperar día a día)
TARDES DE CHATAS…
Cuatro rulemanes eran necesarios para cimentar un coche de madera…la chata.
Luego de seleccionar las tablas y el eje que serviría como dirección, armamos la chata.
Con una suela de goma vieja de algún zapato que había expirado, ya teníamos el freno de la misma.
Era momento de ponerla a rodar en la bajada de Yegros, justo al finalizar la cuadra junto a Acahay.
Solía pasar que alguna ranura que dividía los paños de la calle, hacían poner a prueba su resistencia.
Las carreras se iniciaban empujando el compañero al piloto que tocaba primero manejar, hasta que la velocidad aumentara…era tanta la velocidad que ganaban que muchas veces el vértigo iba de la mano del cosquilleo en la barriga hasta llegar a destino de nuestras carreras.
Otras tantas veces, eran varias las chatas que ganaban la calle haciendo piruetas y carreras.
Cuantos raspones en las rodillas nos dejaban huellas de esas corridas, en esa niñez un tanto inconsciente entre juegos que no sabían de peligros.
En mis recuerdos, rescato a mi amigo Washington Vargas “Chita” , quien había logrado hacer una chata con su ingenio, esta era la ganadora siempre. No era tan grande sino que tenía todo lo necesario para ser la más veloz, ajustada a la medida de nosotros.
Ilustración: Gustavo López Web: http://www.caricaturasuruguay.com.uy/
Texto: Julio C. Romero
(Con RAICES de Febrero-2015, continuaremos rescatando algún otro juego que supimos compartir en tiempos de mayor libertad en un Uruguay que debemos recuperar día a día)
UN VINTEN PAL JUDAS
Por Roberto Bianco
Los niños de mis versos barrileros
no tenían zapatos….ni escopetas,
pasaban en la calle – todo el día –
jugándose a los trompos la pobreza.
Mirábamos la luna – todos juntos –
morfando una preñada e mortadela,
con una infancia de ocho años –puestos –
en un parcito de alpargatas “Rueda”…
Revoleando esa suerte – a la marchanta –
trepábamos las tapias de las siestas…
Afanando naranjas en los patios
pa comerlas sentaos …en la vereda.
Pero …cada diciembre, prometíamos…
ser niños más buenos de la tierra,
con tal que nos “donaran” – para el “Judas” …
Un traje viejo y una camiseta…
y …armábamos un hombre sin zapatos
con una pata larga y la otra renga,
con los brazos abiertos como un Cristo
relleno de aserrín y pasto seco…
La cara del muñeco – sin bolsillos –
ser reía sentado en la vereda
y nosotros atrás de las vecinas…
-Un vintén pal “Judas” – le pedíamos –
- Un Vinten pal “Judas” – repetíamos –
-¡Deale Doña un vintén, no sea macheta!
Y la cara del hombre – sin bolsillos –
Se reía, sentado en la vereda…
Ilustración: Gustavo López Web: http://www.caricaturasuruguay.com.uy/
Texto: Roberto Bianco
(Con RAICES de Enero-2015, continuaremos rescatando algún otro juego que supimos compartir en tiempos de mayor libertad en un Uruguay que debemos recuperar día a día)
OTRA VUELTA DE TROMPOS…
La magia de una chaura envolvente como un vestido de piola, recorre la circunferencia del trompo una y otra vez para hacer bailar ese trabajo de artesano, uniendo madera y púa…
Esa mañana dejamos la pelota de lado, era la hora de los trompos.
Con un palo, dibujábamos un círculo en la tierra donde descansaban sin bailar otros tantos trompos…
La idea era hacerlo bailar al mismo tiempo que al golpearlos traspasaran la línea del círculo, eso premiaba el talento y la habilidad por la puntería.
En el orden de piruetas era común, hacerlos bailar en la calle para prolongar su baile, para luego acercar la chaura doblada en partes iguales para que recorriera el camino que se presentaba al tensarla.
Lindos momentos vividos con estos juegos sencillos, entre risas e intentos una vez tras otra, hasta convertirnos en virtuosos jugadores, el triunfo era hacerlo cada vez mejor.
Ese simple ejercicio con los juegos también nos iban formando en la idea que sin intentarlo nada se podía lograr, que la derrota momentánea era el impulso por intentarlo de nuevo, hasta que lo lográbamos , porque si bien la llegada en el logro era el destino, también el disfrute estaba en el camino por lograrlo…
Ilustración: Gustavo López Web: http://www.caricaturasuruguay.com.uy/
Texto: Julio César Romero Magliocca
(Con RAICES de Diciembre-2014, continuaremos rescatando algún otro juego que supimos compartir en tiempos de mayor libertad en un Uruguay que debemos recuperar día a día)
TARDES DE COMETAS…
El abuelo descansaba en sus recuerdos como pasando una película antigua…
Los murmullos de sus nietas cada vez se hacen más fuertes hasta que dos siluetas se paran frente a él.
¿Abuelo te animas a hacernos una cometa?... El abuelo deja ese libro que lo atrapaba, sus ojos brillaban de alegría luego de escuchar el pedido de sus nietas. Manos a la obra entre todos, un poco de engrudo (harina y agua), papel de cometa, hilo y unos trozos de caña y ya queda terminada. El abuelo ve un detalle olvidado, los flecos que visten la cometa con el mejor de los vestidos. Dos ovillos de hilo y una cola hecha con restos de tela de la abuela, alguna media vieja también se sumaba para equilibrar el vuelo colgada del cielo. Era hora de probarla, pues deciden marchar al campo, la brisa de una primavera tempranera hacía el resto para que ganara altura. No paso tanto tiempo para que el campito se llenara de niños, llenando el cielo de colores, una tarde de cometas, para luego repasar la aventura tomando la leche con el abuelo…seguramente las nietas estarían tramando otro juego compartido…
Que lindos tiempos nos tocara vivir en lo particular, en aquellos campos de antiguas estancias de Colón, el viento , el pasto , y algún arroyito provocado por las lluvias nos hacían millonarios…donde la risa visitaba nuestros rostros por lo vivido, compartiendo con amigos tardes inolvidables…
Ilustración: Gustavo López Web: http://www.caricaturasuruguay.com.uy/
Texto: Julio César Romero Magliocca
(Con RAICES de Noviembre-2014, continuaremos rescatando algún otro juego que supimos compartir en tiempos de mayor libertad en un Uruguay que debemos recuperar día a día)
“JUGUEMOS A LA BOLITA”
Mañanas y tardes a pura bolita…
Colón de mis amores en mi recuerdo te traigo. Hijo del viento de tus árboles, hermano de esas raíces que terminaban rompiendo las veredas por mostrarse.
Allí junto a la empalizada de algún conventillo, junto a los transparentes como testigos silenciosos…allí estaban esos amigos de la niñez que mi mente rescata.
Ese mismo viento de niñez liberada, sin tiempos de relojes, sin reglas escritas, respirando aire a eucalipto de unas hojas quemadas, entre canto de pájaros mañaneros. Pantalones y rodillas gastadas en fervorosos partidos, nos dejaban millonarios de sonrisas asociadas…
Mi tristeza del presente es ver los niños escondidos en algún cuarto, luchando por sobrevivir en una vida virtual de escapismos, de amigos extranjeros que la máquina boba te trae por un ratito. Niños de soledades, respirando el viciado aire de una habitación que casi ni se abre para escuchar el ruido de la naturaleza. En aquella época nos sentíamos millonarios con algunas bolitas ganadas, nos sentíamos libres respirando el triunfo y aceptando la derrota de un mal día…ya al ratito tendríamos revancha.
Ilustración: Gustavo López Web: www.artesincopado.blogspot.com
Texto: Julio César Romero Magliocca
(Con RAICES de Octubre-2014, continuaremos rescatando algún otro juego que supimos compartir en tiempos de mayor libertad en un Uruguay que debemos recuperar día a día)
¡SACUDETE Y SUBE!
Se cuenta de cierto campesino que tenía una mula ya vieja. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca.
El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.
El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y los enlistó para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo.
Al principio, la mula se puso histérica.
Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una palada de tierra cayera sobre sus lomos... ¡ELLA DEBÍA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA!
Esto hizo la mula palazo tras palazo.
Sacúdete y sube. Sacúdete y sube. Sacúdete y sube!! Repetía la mula para alentarse a sí misma.
No importaba cuán dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO. A sus pies se fue elevando de nivel el piso.
Los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso los alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo.
La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad.
LUZ PARA EL CAMINO
Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.
En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...
- No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...
¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás!
CUANDO LLEGUÉ A MI CASA…
Cuando llegué a mi casa esa noche, mientras que mi esposa me servía la cena, le agarré su mano y le dije, tengo algo que decirte. Ella se sentó y comió callada. La observé y vi el dolor en sus ojos. De pronto no sabía como abrir mi boca. Pero tenía que decirle lo que estaba pensando. “Quiero el divorcio”. Ella no parecía estar disgustada por mis palabras y me preguntó suavemente… porqué? Me dijo; tú no eres un hombre!! . Esa noche no hablamos, y ella lloraba. Yo sabía que ella quería saber que estaba pasando con nuestro matrimonio, pero no pude contestarle. Sucedió que ella había perdido mi corazón a otra mujer llamada Juana. Ya no amaba a mi esposa, solamente le tenía lástima! Con un gran sentido de culpabilidad, escribí un acuerdo de divorcio y en este acuerdo ella se quedaba con la casa, el auto y el 30% de nuestro negocio. Ella miró el acuerdo y lo rompió a pedazos!. Ella pasó 10 años de su vida conmigo y éramos como extraños! Yo le tenía lástima, por todo su tiempo perdido, su energía pero ya no podía cambiar, yo amaba a Juana. De pronto empezó a gritar y a llorar como para desahogarse. La idea del divorcio ahora era más clara para mí. El próximo día llegué a casa y la encontré escribiendo en la mesa. No cene y me fui a dormir, estaba muy cansado de haber pasado el día con Juana. Cuando desperté, todavía estaba mi esposa escribiendo en la mesa. No me importó, me vire y seguí durmiendo. Por la mañana mi esposa me presentó sus condiciones para el divorcio: No quería nada de mí pero necesitaba un mes de aviso antes del divorcio. Me pedía en el divorcio que por un mes tendríamos que vivir como si nada y llevarnos normal. Su razón era simple, nuestro hijo tenía todo ese mes exámenes y no quería molestarlo con nuestro matrimonio quebrantado. Yo estuve de acuerdo, pero ella tenía otra petición, que me acordara cuando yo la cargué a nuestro cuarto el día que nos casamos. Me pidió que por ese mes, todos los días la cargara del cuarto hasta la puerta de salida de la casa! Pensé que estaba volviendo loca pero para que la fiesta fuera en paz acepté. Le conté a Juana lo que mi esposa me pidió y Juana se reía en vos alta y dijo que era absurdo esa petición, que no importaba que truco mi esposa usara, tendría que darle la cara al divorcio. Mi esposa y yo no teníamos contacto físico desde que expresé mis intensiones de divorcio, así que cuando la cargué el primer día hasta la puerta del frente, los dos nos sentimos mal. Nuestro hijo caminaba detrás aplaudiéndonos y diciendo; ¡¡¡papá está cargando a mi mami en sus brazos!!!. Sus palabras me dieron mucho dolor. Caminé los 10 metros con mi esposa en mis brazos. Ella cerró los ojos y me dijo en voz baja, “no le digas a nuestro hijo del divorcio”. Le señalé con la cabeza un poco disgustado, la baje cuando llegué a la puerta, se fue a esperar el transporte para ir al trabajo. Yo manejé solo al trabajo. El segundo día, los dos estábamos más relajados, ella se apoyó a mi pecho, pude sentir su fragancia de su blusa. Me di cuenta que hacía tiempo que no la miraba detenidamente. Me di cuenta que ya no era tan joven, tenía algunas arrugas, algunas canas! Era notable el daño de nuestro matrimonio! Por un momento pensé y me pregunté, que fue lo que le hice?. El cuarto día, la cargué, sentí que la intimidad estaba regresando entre ambos. Esta era la mujer que me dio 10 años de su vida. En el quinto y sexto día, seguía creciendo nuestra intimidad. No le dije nada a Juana al respecto. Cada día era más fácil cargar a mi esposa y el mes se iba corriendo. Pensé que me estaba acostumbrando a cargarla y por eso era menos notable cargar el peso de su cuerpo. Una mañana ella estaba mirando que ponerse, se había probado muchos vestidos pero no le servían! Quejándose dijo; “mis vestidos se han puesto grandes” Y fue ahí que me di cuenta que estaba muy delgada, y esa era la razón por la cual yo no sentía su peso al cargarla. De pronto me di cuenta que le había enterrado mucho dolor y amargura. Sin darme cuenta le toqué su cabello. Nuestro hijo entró al cuarto y dijo; “papá llegó el momento de que cargues a mamá hasta la puerta”. Para mi hijo ver a su padre día tras día cargar a su mamá hasta la puerta, se había convertido en una parte esencial de su vida. Mi esposa lo abrazó, yo viré mi cara, sentí temor que cambiara mi forma de pensar sobre el divorcio. Ya cargar a mi esposa en mis brazos hasta la puerta, se sentía igual que el primer día de nuestra boda. Ella acariciaba mi cuello suavemente y natural. Yo la abrazaba fuertemente, igual que nuestra noche de bodas. La abracé y no me moví! Pero la sentí tan livianita y delgada que me dio tristeza. El último día igual la abracé y quería moverme, le dije, “no me di cuenta que ya no teníamos intimidad” , mi hijo estaba para la escuela. Manejé para la oficina, salí del auto sin cerrar la puerta, subí la escalera, Juana me abrió la puerta y le dije; “discúlpame, lo siento, no quiero divorciarme de mi esposa. Juana me miró, me preguntó si yo tenía fiebre?. Y yo le dije, “mi esposa y yo nos amamos, era que entramos en rutina y estábamos aburridos, no valoramos los detalles de nuestra vida desde que empecé a cargarla del cuarto a la puerta, me di cuenta que debo cargarla por el resto de nuestras vidas, hasta la muerte!. Juana empezó a llorar, me dio una bofetada y cerró la puerta. Bajé las escaleras, me monte en el auto y llegué a la florería y le compré flores a mi esposa. La joven en la florería me preguntó; que le escribo en la tarjeta?
Le dije que pusiera; “te cargaré todas las mañanas hasta que la muerte nos separé!!! Llegué a mi casa con flores en las manos y una sonrisa, corrí y subí las escaleras, cuando entré, encontré a mi esposa muerta!! Mi esposa estaba batallando la enfermedad de cáncer y yo estaba tan ocupado con Juana, que no me di cuenta. Mi esposa sabía que se estaba muriendo y por eso me pidió un mes de aviso antes del divorcio, para que nuestro hijo no le quedara un mal recuerdo del divorcio, para que no tuviera una reacción negativa!! Por lo menos le quedaría a mi hijo, en sus ojos que su padre era un esposo que amaba a su esposa. Estos pequeños detalles es lo que importa en una relación, no la casa, el auto, el dinero en el banco. Crean un ambiente que crees te llevará a la felicidad, pero en realidad, no es así!! |
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