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FRANCISCO PIRIA y los barrios de Montevideo


   
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Su calidad de empresario histórico se la ganó por mérito propio. De hecho, en una encuesta de hace dos años Piria fue elegido como principal  referente por los 60 empresarios más destacados de Uruguay.

Desde muy joven, Francisco Piria fue un trabajador incansable. Peón de campo en su pre-adolescencia, a los 20 años ya era rematador en el Mercado Viejo, ubicado en lo que en la actualidad es la Plaza Independencia en Ciudad Vieja

"Mis recuerdos acerca de los antecedentes de Piria sólo alcanzan a su aparición bajo el arco de salida del Mercado Viejo, donde estableció su tienda de remates permanente que funcionaba desde las primeras horas de la mañana hasta las diez de la noche, hubiese o no concurrentes, con sol o con lluvia, con calor o con frío, oyéndose siempre el contínuo pregonar del vendedor, cuya voz se enronquecía a medida que avanzaba el día y que al llegar la noche se hacía de todo punto incomprensible.” (Daniel Muñoz, cronista de época, bajo el seudónimo Sansón Carrasco)

Cuando el público no acudía al remate, las técnicas de Piria eran inagotables: por ejemplo, pagaba a cuatro o cinco personas ociosas que estaban sentadas en las plazas para que simularan pujar en el remate. Así se acercaba la gente y se llenaba el local, llamado “Exposición Universal”, donde remataba de todo, desde ropa muy variada, anillos valiosos que garantizaba eran falsos, relojes de bolsillo (más de siete mil en un año, según palabras del propio Piria), hasta un tónico contra la calvicie.

Ricardo Piria (su nieto) contó que para vender el tónico avisaba a los posibles compradores que cuidaran de no mojarse los dedos porque inevitablemente les crecerían pelos en ellos...

 

“Promocionaba una yerba que no contenía “precipitatum rojum arenisca” o algo así; que en realidad no era nada, era simplemente para marcar algo: como la yerba de él no lo tenía y las otras sí, entonces eran malas.” (Profesor Pablo Reborrido en diálogo con El Espectador, 2008)

Posteriormente, Francisco Piria trasladó su tienda de remates a 18 de Julio esquina Andes, y luego abrió un taller donde vendía ropa de confección en la esquina de las calles Treinta y Tres y Rincón.

El segundo fundador de Montevideo

Piria era un comerciante natural y un empresario incomparable, gracias a su insistente labor remató muchos solares en la periferia de la capital uruguaya,  que hoy son conocidos barrios de Montevideo. Mas de 70 barrios pasaron por sus manos (algunos dicen que hasta 100), y su espíritu emprendedor supo venderlos con lucidez y astucia uno a uno, desde su empresa creada con tal fin en 1873 que le aportaría larga fama y mucho dinero: La Industrial.

En 1874 Piria hizo su primer remate de solares en la ciudad de Las Piedras, y en la publicidad que hizo para atraer compradores había frases como estas : 

  • ¡Allí se goza de la salud y sobra!
  • Sólo los doctores en medicina se mueren de hambre. En Las Piedras nadie muere antes de los 100 años. La tierra prometida.
  • El dinero mejor invertido. Los bancos pagan un interés insignificante (cuando no quiebran).

 

(Fuente: Jacinto Duarte, "Dos siglos de publicidad en el Uruguay")

A finales de 1878 vendió todas las tierras que tenía por entonces al banco Reus, por 700 mil pesos (mucho dinero para la época). En 1890 el banco Reus quebró y Piria recuperó aquellas tierras por un tercio del dinero que obtuvo en la venta, en un año prácticamente triplicó su fortuna.

Los primeros agentes inmobiliarios compraban, loteaban y vendían. Las posibilidades de forjar un crecimiento económico en la zona quedaba 100% en manos de los compradores. Sin embargo, visionario como toda su vida, Piria implantó un nuevo sistema: comprar, fraccionar, crear barrios nuevos y ofrecerlos a personas de bajos recursos a largos años de plazo. Para lograrlo ofrecía viajes gratuitos en tren a los lugares donde remataba, y al final del remate hacía fiestas, organizaba carreras, apuestas y comidas sin cargo para sus clientes potenciales, con asado con cuero, carreras de sortijas, aperitivos, refrescos, vinos y habano…