La primera película uruguaya por. Fabián Escandel
Probablemente pocos conozcan la historia de la primera película uruguaya, o al menos la primera en ser exhibida en salas. Se llamó “Almas de la Costa” y se estrenó el 25 de agosto de 1923 , en el cine Ariel (18 de julio 1215). Fue el segundo proyecto cinematográfico de su director, Juan Antonio Borges (1900-1984) , pero el único en concretarse totalmente. Borges se crió en el campo junto a cuatro hermanos, hasta la muerte de su madre, cuando tenía ocho años. En ese momento fue enviado a la capital a vivir al cuidado de una tía que lo internó como pupilo en el colegio Sagrado Corazón. Allí cursó sus estudios primarios y secundarios; y si bien vivía en el colegio, tenía libres los domingos. Eran los días en que su tia lo motivaba a ir a las matinés de cine, donde conoció a dos de sus futuros referentes : Charles Chaplin y Buster Keaton. Luego de finalizar los estudios secundarios con notas sobresalientes, permaneció en el Regimiento de Blandengues de Artigas hasta ingresar a la Facultad de Medicina. Paralelamente, para poder mantenerse, trabajaba de cronista de boxeo para los diarios “Nueva Era” y “La Tribuna”. Su afición por el boxeo y su aún vigente interés por el cine provocaron que escribiera su primer guión y también su primer proyecto cinematográfico, “Puños y nobleza” , que contó con la participación de Angelito Rodríguez, campeón sudamericano de boxeo en 1917 (con 47 peleas ganadas en 48) y amigo íntimo de Carlos Gardel. Consiguió como productor a Edmundo Rodríguez, un tendero de la Unión, y dos fotógrafos, uno de ellos italiano. De dicho proyecto llegaron a filmarse 2 mil metros de película, aunque finalmente nunca se terminó por distintos roces entre el productor y los fotógrafos. Posteriormente, en 1922, se embarcó en un nuevo proyecto. En esa época Borges era asiduo cliente del café “La Giralda” (cuando estaba en la esquina de 18 de Julio y Andes), donde se encontraba a menudo con Antonio de la Fuente, mozo del lugar y aficionado también al cine que incluso había cursado una carrera de guionista en España. Esta afinidad los llevó a co-escribir el guión de una nueva película: Almas de la costa. Para ello contó como productor con el empresario Lisandro Cavelieri (que era sastre) , y volvió a trabajar con dos fotógrafos , en este caso con Isidoro Damonte y Henry Maurice, francés recién llegado a Montevideo. Los integrantes del elenco fueron actores improvisados, salvo en el caso de Remigio Guichón, que actuaba en un circo.
LA HISTORIA
El filme cuenta la dura y marginal vida de los pescadores de las costas montevideanas. Comienza con la historia de Nela (Luisa von Thielman), una joven huérfana que vive en un pueblito de pescadores junto a un niño (Juan Carlos Russi) , con la ayuda y protección de las familias del lugar. La muchacha comienza a ser acosada por uno de los pescacores (Remigio Guichón) , pero un buen día , para su fortuna, llega a la costa en su barco un joven pescador ( Arturo Sconamiglio) que la defiende de su acosador y se enamora perdidamente de ella. Luego la muchacha enferma de tuberculosis y su vida corre grave peligro, ya que en esa época la gente no se recuperaba de esa dolencia. Es internada en un hospital donde se le aplica un método experimental traído de Europa con el cual finalmente es curada. Este método referido en la película tiene una base real, ya que algo similar se estaba desarrollando en esa época, cuando las personas morían irremediablemente a causa de esta enfermedad. Sin embargo, la cura y prevención de la tuberculosis llegaron mucho más tarde de lo que el director y futuro médico de campaña pudo pronosticar.
LA FILMACIÓN
La película tuvo un gran éxito de taquilla y recorrió más de cincuenta salas de Montevideo y el interior del país. De esta forma su productor logró recuperar la inversión realizada, y además al promediar el rodaja se casó con la actriz principal. Ella había quedado embarazada durante la filmación, así que tuvieron que tomar los recaudos necesarios para que no se notara en las últimas tomas. La película contó con muchas escenas en exteriores (que siempre son los entornos más complicados para filmar) : en las dunas de Malvín , en el rosedal del Prado, en el Parque Rodó , en la clínica del doctor Caldeyro. Muy pocas fueron hechas en estudio (un garaje en la calle Charrúa, detalle que dio nombre a Producciones Charrúa Film como firma productora de la película). Su presupuesto fue muy bajo ; de hecho para filmar en Malvin iban desde Agraciada (cerca del Palacio Legislativo ) en un tranvía que salía de ahí. Durante las jornadas de rodaje el menú consistía en refuerzos de salame y queso acompañados por un poco de vino. Tampoco se derrochaba el material, se trataba de que cada escena se filmara en una única toma. De hecho, la única que se filmó más de una vez fue una en la cual la protagonista debía caer por las dunas, debilitada por su enfermedad. La actriz tuvo problemas para hacerla, incluso no quería tirarse en la arena por miedo a que se le vieran las piernas (qué iba a pensar su madre al respecto)
LA MEMORIA
La película también tuvo mucho éxito entre los críticos de entonces, y Otto Miguel Cione y Samuel Blixen destacaron este intento de realismo cinematográfico uruguayo. Con motivo de su 40º aniversario se exhibió nuevamente en los salones del Cine Club Uruguay, y los críticos Ildefonso Beceiro y José Carlos Alvarez dijeron en la ocasión “Borges se adelantó a su tiempo con respecto al neorrealismo italiano”.
Pero su director, tiempo después del estreno de la película, retomó sus estudios de medicina y ya no volvió a relacionarse con la cinematografía. Gran parte del material original de la película y las copias exhibidas en su época se perdieron en 1971 con el gran incendio del SODRE, pero aún se conservan afiches y materiales que fueron donados a Cinemateca Uruguaya por la hija del realizador, Elsa Borges, quien colaboró de forma incondicional de la redacción de este artículo. Gracias a ello esta historia no se perderá por completo, ya que seguirá viviendo en la memoria de todos aquellos que lean estas líneas.
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