LA FIGURITA

Los orígenes

Por orden de la Sociedad Fomento Montevideano fueron rematados terrenos en enero de 1869 por Santurio y Escardó , en el paraje conocido por La Figurita, llamado así por un viejo comercio que se hallaba emplazado en el siglo XIX en la esquina formada por las actuales avenidas Gral. Flores y Gral. Garibaldi, al que llegara Oribe con su estado mayor sin armas , en 1845 , en acto de confraternidad entre sitiadores y sitiados, según el testimonio de Benjamín Poucel.  Francisco Acuña de Figueroa cita a La Figurita como ya existente en 1812. El puente de la Figurita estaba situado sobre el arroyo Seco, en el paraje donde se cruzaban la avenida de Goes (hoy General Flores) y la calle San Eugenio (actual Concepción Arenal)  . Las obras de saneamiento del barrio Reus, como lo señala Orestes Araújo, “hicieron desparecer el arroyo de ese paraje, lo que hizo innecesario el puente”. Aunque en planos de 1910 se conoce por Figurita el barrio contiguo al Reducto comprendido entre las avenidas Millán y Gral. Flores hasta Avda. Garibaldi , ya en planos de 1930 aparece señalado con esa denominación el barrio situado en derredor de la calle Figurita al norte de la Avda. Garibaldi y al sur del barrio Jacinto Vera , entre Avda. Gral. Flores y el bulevar Artigas. En la actualidad lo distingue esa misma ubicación. La calle que lleva hoy el nombre del barrio no es, sin embargo , el antiguo Camino de la Figurita, Guzmán Papini, evocándolo , dice textualmente:
“Hermoso era el Camino de la Figurita, llamado así porque conducía al barrio de ese nombre, situado en la raya levantina del Reducto. Hoy aquel Camino es la Avenida General José Garibaldi. Aunque el tiempo es la razón de los olvidos, aquél que lo vio , lo lleva en sus ojos perecederos a modo de una imagen inmortal. Para él aún tiene formas y colores alabados en un canto recóndito sin cítara y sin lira. Los verdes cercos de arbustos que en ringlera correspondían a uno y otro lado del Camino de la Figurita eran como liños que daban el aspecto de una ancha y prolongada almanta o de un río en curso entre orillas de esmeralda”.
En crónica posterior, ya de nuestro tiempo, “El Día” decía:
“Los antiguos parajes que sirvieron de base al nacimiento del actual Barrio de la Figurita no podrían identificarse en manera alguna con la fisonomía urbanística actual. En 1880 eran prolongación de las huertas y las chacras del Reducto, en cuyos límites estaba la quinta de don Juan Caravia. Acaso los únicos ruidos que se extendían por esa zona hace cien años fuesen los ladridos de los mastines cancerberos, el cacarear de los gallos y el piafar de los “petisos sardos” de don Apolinario Gavoso que se pasaban retozando las horas muertas en el trascorral de la suntuosa morada de este “optimate de la época”. Hoy , el barrio de la Figurita es una auténtica zona urbana que si algo echa de menos quizá sea algún retazo de la fisonomía “hortelana” de antaño.”